El primer paso para proteger la salud de su caballo es simple. Hacer el entorno del caballo lo más seguro posible y mantenerlo limpio y ordenado.
Limpiar el estiercol y la orina frecuentemente contribuye a evitar enfermedades en los cascos, problemas respiratorios, infestaciones parasitarias, y problemas de piel. El establo debe de estar bien aireado pero sin corrientes de aire.
Los caballos son animales curiosos, y se acercaran a todo aquello que les llame la atención. Cercas en mal estado, alambres de puas sueltos, clavos y hierros salientes, parecen un imán para ellos, creandoles accidentes a menudo.
Guarde el pienso en lugar seguro, muchos caballos son muy hábiles en encontrar la manera de abrir las puertas.
Un caballo doméstico necesita acceso constante a la sombra, especialmente en nuestro pais donde el sol tiene mucha intensidad
Los caballos que no tienen acceso a la sombra pueden sufrir de sobrecalentamiento (el gran cuerpo de un caballo tarda más en enfriarse que el de un animal más pequeño). Los caballos con áreas de color blanco (tordos) en la piel se queman fácilmente al sol y aceleran los procesos cancerígenos típicos de estos animales.
Permita que los caballos puedan relacionarse entre sí. Un caballo solitario y sin estímulos es un candidato ideal para sufrir transtornos del comportamiento.